

Si el deterioro del área de contención no se controla, la integridad estructural del concreto o metal quedará gravemente afectada, lo que aumenta la posibilidad de que se produzcan fugas de productos químicos o un fallo estructural total. Esto resultaría en la contaminación de las zonas circundantes y las aguas subterráneas.
En consecuencia, regulaciones (como las Regulaciones de Control de la Contaminación 2001 en Inglaterra) han sido promulgadas por diversos países para presionar a las empresas a establecer medidas que eviten la contaminación medioambiental causada por productos químicos. El incumplimiento de estas regulaciones pone a las empresas en riesgo de recibir altas multas o incluso incurrir en procedimientos criminales.
Por lo tanto, resulta crucial que las empresas involucradas en la contención de productos químicos tomen todas las medidas necesarias a este respecto.
