

Las tuberías y contenedores que operan a muy altas y/o bajas temperaturas son frecuentemente revestidos con aislantes para evitar su calentamiento, prevenir la pérdida de energía y por motivos sanitarios y de seguridad. Sin embargo, el problema de la corrosión bajo aislamiento puede ocurrir tanto en aceros de carbono como en aceros inoxidables. Esto sucede por el ingreso del agua en el aislamiento térmico de tuberías y contenedores, precipitándose así la corrosión.
Algunas de las causas de la presencia del agua pueden ser:
- Agua atrapada en los aislamientos de edificaciones en etapa de construcción. Por ejemplo, esto ocurre cuando se almacenan tuberías y recipientes en lugares húmedos y a la vez, cuando se construye durante periodos de mal tiempo.>
- Las ranuras presentes en las carcasas tradicionales.
- El daño mecánico de los revestimientos tradicionales.
- Derrame de líquidos.
- La condensación a consecuencia de fluctuaciones cíclicas en la temperatura.
- Las fugas en sistemas de rastreo de calefacción.
- Bajos estándares de fabricación de los aislantes.
Otros factores que afectan y aceleran el inicio de la corrosión bajo aislamiento son la presencia de iones como el cloruro y el sulfuro. Bajo determinadas circunstancias, estos iones pueden acelerar la corrosión y conducirla a sus diferentes formas como la corrosión por picadura y la corrosión bajo tensión. Estos iones se originan en el material aislante o en el ambiente. Por ejemplo, pueden proceder del derrame de sustancias, de las lluvias ácidas o de la descomposición de materias orgánicas como la vegetación muerta.
Asimismo, las fluctuaciones en la temperatura juegan un papel primordial en la gravedad de la corrosión. En general, todas las reacciones químicas –la corrosión es una de ellas- son aceleradas por los incrementos de temperatura.
La peor forma de ataque resulta de la combinación constante de temperatura e iones, por lo que se genera un mecanismo de concentración en el que la condensación y evaporación repetida de depósitos líquidos incrementan aún más la cantidad de iones al punto de corrosión, acelerándose así el proceso de oxidación.
Los tipos de corrosión anteriormente mencionados son de particular interés, ya que generalmente son inesperados y permanecen indetectables a la vista hasta que fallos prematuros o catastróficos ocurren en los equipos.
